Mapas en sus muñecas y en
sus brazos
En la carpa de polvo y encaje
los buitres picotean
un cadaver que se alimenta a mano
y que anhela pudrirse.
espera escuchar el sonido
de sus alas lentamente
alzandose mientras vuelan lejos...
algunos se quedarán por días.
Hay mapas en sus muñecas y en sus brazos
y el polvo
yace como nieve alrededor de la cama.
Resplandeciendo blanca, una escultura de hueso
o una joya
como una arrugada y retorcida luna
tiembla en su mente,
y si se acerca demasiado
se quiebra tan rápido que no queda
nada
suspira la anciana.
A veces cuando ella eleva su mirada
la pieza se llena de
ondulantes sábanas de seda
hay mapas en sus muñecas y en sus brazos
y la oleada de morfina aterroriza al pan
y a la alegría
En la
carpa de polvo y encaje,
ella escucha violines y observa las cuerdas
enhebrándose a través de la habitación.
Vincent Craine
Era entrada la tarde
ella se sentó a ver como
Vincent Craine nunca llegaba,
trata de abrazarlo
debajo de la puerta hinchada por el húmedo clima..
nunca llegaba.
Ella
presionó su rodilla
contra la mesa de madera,
mientras en su estómago
el temor revolotea como la amenaza del amor
o el dolor.
Había un tazón de frutas
encogiendose en la mesa ante una
cuchara oxidada.
por las colinas distantes , cansadas y llenas de niebla...
nunca llegaba.
por pilas de autos
destrozados,
desde los charcos de agua estancada,
de las moscas del matadero
pululan sanguijuelas y se arrastran
en clamour lane.
Ella caminó hacia la puerta,
la empujó para abrirla, y
se paró detrás de Vincent Craine
él se reclinó y con sus brazos apretó
sus delgadas y torpes piernas.
y contemplaron
como la luz del sol
se deslizaba en fríos cuadrados por la pared.
Jack
Jack salió un día de tormenta
a ver dónde lo llevaban
sus pasos,
lo llevaron desde su durmiente pueblo
por tierras altas y bajas,
lo llevaron por calles de terciopelo
donde
los hombres caminan en punta de pie,
y por laderas
donde el infierno embotellado
y los ciegos se acuestan en fila.
Jack caminó por pantanos de melasa
y cruzó por los secos
salares,
pasó por una casa donde perros altos y delgados
tiraban de su cadena de hierro.
escuchó las canciones de
las niñas de la semilla
que entibiaban los congelados campos ,
Y mientras Jack caminaba
sintió que el trigo
empujaba
hacia arriba sus cansados talones.
Vió las paganas colinas de brezos,
contempló un hirviente
océano,
conoció un hombre con manos de madera
talladas de un viejo árbol frutal.
El viejo dijo que en la noche soñó
con
las raices de una flor y con cuchillos,
y esa noche cuando
Jack fue a dormir
soñó con pasteles de ciruela.
jack salió un día de tormenta
a ver dónde lo llevaban sus
pasos,
lo llevaron al norte, lo llevaron al este
pero nunca lo llevaron a casa.
La
descabezada mujer de arcilla
Los álamos están quietos como la cúspide del campanario
bajo
un millón de estrellas dispersas
de la tierra rizada, agrietada y durmiente
bajo las estáticas y congeladas estrellas
el
cuerpo con débil fulgor de
la descabezada mujer de arcilla está parado,
y la escarcha que encierra su desnudez
se
derrite.
A través del aire que son sombras de tinta negra
tan cortantes
como espina de matorrales y el hielo
se mueve sin dolor, lento y fluyendo
a través del silvestre y tembloroso
sendero
y reluce la belleza inmóvil de
la descabezada mujer de arcilla...
inquietas estrellas se reflejan en rojos
y húmedos arroyos
y en su espalda.
Sus pies desnudos pisan las piedras resquebrajadas,
más
allá de la bomba de agua y el balde
rodeando la casa vacía y de pintura descascarada
y más allá de la ventana
ladeada de vidrio
y la descabezada mujer de arcilla
se para mitad arriba y mitad abajo de las escaleras
y no puede
ver el fondo y no puede ver la cima.
Un millón de estrellas resplandecen
un millón de estrellas
mientras
se acuesta de espalda
en el mundo congelado y torcido.
Se ha ido...como las golondrinas
Equilibrandose en el viento
apoyándose en el viento
al borde del precipicio, en el limbo-
él observa la arena pasar por los dedos
de su mano izquierda a la palma
de su derecha.
Ve que alguien camina en el seco y ardiente páramo,
pasos jóvenes e indecisos...
reconoció su
torcido flequillo y sus ojos estrechos-
su sucio , raído vestido de algodón y de flores,estampado de verano...
tobillos
con rasguños y manos con uñas comidas
quizo tocar su fresco y castaño cabello...
pero ella se había ido.
y su rostro viejo y cansado estaba quieto como nunca.
Un
aeroplano zumbó de subida, en el cielo
más alto que por encima de las nubes.
Una tetera verde y un par de botas
un roto reloj
de bolsillo con cadena ,
un cerdito nacido muerto
que yace, puro blanco...sin sangre
blando ,suave como la mano enguantada
de una Lady;
una rueca, un cuchillo con punta de gancho
un paragua, botellas vacías, bañera de metal,
serrucho, un
colgador de sombreros y un sombrero gris pizarra-
navegaron más allá de sus manos que quieren cogerlos,
y se fueron...como
las golondrinas.
Palabras tartamudeadas... voces haciendo preguntas que él
no puede escuchar
ven y encuéntranos... retrocede o caerás
pero ahora el aeroplano zumba tan fuerte
Trató
de aferrarse al vestido de verano,de algodon ligeramente raido estampado sin mangas
de flores, sucio ,clavel ,girasol
manchado
de sudor, primavera, raido
sucio, desaparece ,se pudre, de flores
desvaneciente, de algodón olvidado vestido de verano-
pero
se había ido...
ido como las golondrinas.
La pradera del virus
Ruidoso repique, lentamente resuena el eco
rueda
de acá para allá en la pradera del virus.
absorve a la belladona que se enrosca,
escucha como repican las campanas debajo
de nosotros.
un triste sermón, susurra la cabeza de un sacerdote
palabras
sagradas a través de los prados.
besó la negra y ondulada mano de la plaga,
por sus labios el virus cantaba.
y los grajos, al parecer lo seguían
donde quiera que el
iba-
aleteando en el cielo llano,
chillando en la cúspide.
colgando del cielo de plomo,
suspendido del sol.
Los
grajos, parecían seguirlo...
donde quiera que él iba.
El cardo,rocío de sol Inglés,
mujer de cuello de cisne,el
prado la cama de niño
hombros que duelen, se hunden y crecen
mientras las campanas tañen desde las acequias.
y los miembros cubiertos de piel manchada
de los
hermanos de la noche,
luchando...arrastrándose
por la vacía grieta de la mañana .