Adiós a la sombra
El príncipe Rupert
Rupert yace en una cama
en un cuarto, y observa la
hierba
y los pastos con cabeza como pluma
que ondean en el gris balcón de piedra
él mira el blanco cielo de seda,
manchado de sangre
de otro amanecer que surge
pero Rupert sabe que esta mañana carmesí
se tornará en crepúsculo
y la noche caerá
antes del día...
"oh, dádme este día"
grita el príncipe Rupert
"dádme este día".
Rupert cuelga de un hilo
en la pared encima de la fría
y suave cama
y la luz del día viene en destellos
como recuerdos de relámpagos en su mente
él mira como brilla el
piso de flor de lis
dorado y blanco mientras el sol se eleva
reluciendo en su anillo de ruby
y resbala de su dedo
pálido y delgado...
al piso.
"oh, dádme este día"
grita el príncipe Rupert
"dádme este día".
Rupert yace en una cama
donde la noche inclina su cabeza,
las
estrellas tejen sus sueños a su alrededor (*)
sacudidas de su pelo suelto y negro como cuervo (+)
"Dádme este día"
grita
el príncipe Rupert.
(* de él)
( + de la noche)
La Cabeza de Macbeth
¡ Qué hermoso e inesperado era
despertar y ver la nieve
volando
como mariposa y entrando por la ventana abierta
dunas amontonandose en sus pies
cubriendo su habitación como con una
manta
tapando sus muebles heredados
y cosas dispersas todas destrozadas y tristes
se sintió tan feliz de que se hayan
ido
pero aún allí debajo de la nieve.
Con el brazo rojo-arcilla de Macbeth alrededor de su cuello,
dijo---"
recuerda, no lo olvides
donde estás...estás conmigo"
su brazo rojo-arcilla como el turbio río
que vaga
por el pueblo vaporoso
y llega hasta el mar.
La cabeza de Macbeth
llena de tréboles y el pueblo allí
abajo
sin saber del tiempo y la silenciosa nieve,
la cabeza de Macbeth
llena de perros ladrando
los campesinos
harapientos, sus capas
cabezas de ciervos chocando cuernos...
sus capas ondulándose en
las plateadas colinas
del sueño.
La cabeza de Macbeth
sopla un cuerno de plata con estrellas
abolladas
por la brumosa campiña
pero no pudo decir: "regresa"
La cabeza de Macbeth
en los ojos esmeralda
de oscuras mujeres
descalzas en el muelle,
los vientos del norte cantándo monotamente
entre arbustos espinosos.
La
cabeza de Macbeth
en las calles de abajo
felizmente ignorando a la nieve virgen,
su lengua púrpura encerrada dentro
de su boca
gritando ebrio hacia las nubes
y una voz resuena por el pueblo que se derrumba
debajo del puente brazalete...
el
brazo de Macbeth apretado alrededor de su cuello-
no lo olvides, no lo olvides
la cabeza de Macbeth
llena del
olor de la piedra.
La cabeza de Macbeth
cae del cielo satin
sus ojos cerrados
sus
párpados abiertos...
el brazo de Macbeth se aprieta alrededor de su cuello-
...no lo olvides
no lo olvides.
Y qué
hermoso e inesperado fue
despertar y ver la nieve.
Creencia en la rosa
La rosa inclina su cabeza
desde el seto hasta las sombra
en
la calma susurrante
de la fresca columnata
sueños y realidad se desenredan
mientras el denso perfume
se despliega
traté de alcanzar
sus sueños venenosos tan claros,
donde la muerte es la muerte
y la alegría es alegría
tan dulce.
Y olvidé su cabeza andrajosa
tu vestido golpeado por la
lluvia
y olvide tu oscura caricia...
quiero que tus espinas corten mi carne,
mi pálida carne.
Tus petalos caen
pero tus espinas permanecen
estación
tras estación espero
tu savia de nuevo
y la sabiduría y el tiempo trataron
de despreciar tu mundo
pero en
la rosa creeré
tu placer , tu dolor, tus sueños
donde la muerte es la muerte
y la alegría es alegría tan dulce.
El órgano de la calle
El órgano de la calle toca
su alegre tonada por la ciudad
serpenteando
las calles con las hojas amarillas
vaga por las sombrías avenidas donde
los monumentos verde de cobre observan a la
nada.
Pasa cerca de ellos sin ser escuchado,
valses con las cintas
de distante aire invernal,
los mensajeros de la nieve...
lúnaticos y dorados.
Canta susurrando con la canción de cuna que arrulla
a
los bebés de vuelta al utero
confunde al tiempo con su armonía festiva y oscura
haciendo volver al viejo,
conjurando
hijas, amantes, hijos
temores, madres ,estaciones,minutos
perdido y encontrado, amor perdido, primavera y nada
ella
canta como un pájaro que se despierta tibio
y cree que el invierno ha terminado.
La música del órgano callejero se escucha
aquí por primera
vez y por última vez allá
y en absoluto.
Quietud de catedral y océanos narcóticos
en una mente de
recuerdos del nivel de la marea...
el mechón de pelo que cae sobre su rostro.
...él se despertó y gritó su nombre
pero
sólo el órgano callejero contestó.
El órgano de la calle toca por cada camino,
lunático y dorado.
Lady D'arbanville
Mi Lady D'arbanville, ¿ Por qué duermes tan quieta?
te
despertaré mañana
y serás mi complemento
sí, serás mi complemento.
My Lady D'arbanville, ¿ Por qué no me aflige tanto?
pero
tu corazón parece tan silencioso
¿ por qué respiras tan hondo?
¿ por qué respiras tan hondo?
My Lady D'arbanville, ¿ por qué duermes tan quieta?
te
despertaré mañana
y serás mi complemento
y serás mi complemento.
My Lady D'arbanville, te ves tan fría esta noche
tus labios
se sienten como el invierno
tu piel se ha vuelto blanca
tu piel se ha vuelto blanca.
Te amaba, my Lady
aunque yaces en tu sepulcro
siempre
estaré contigo
esta rosa nunca morirá
esta rosa nunca morirá.
Desventuras
Perseguía al frío ojo de la luna
en el día más amargo
y
observaba el reloj de sol
y cómo permanecía su sombra.
así que no dejes que me asuste
escuchaba a la desventura llorar
a
través de su rostro de virtud
mientras observaba el reloj de sol
y su casta de oscuridad.
La estrella de plata de la mañana
parpadea y deja caer
una lágrima del cielo
el sol ya ha salido
la noche cierra su ojo vigilante
asi que no dejes que me asuste.
Perseguía su antiguo tiempo
en las ruinas del perilon
y
observaba el reloj de sol
asi que no dejes que me asuste
escuchaba a la desventura llorar,
no hagas caso de su advertencia
mientras
observaba el reloj de arena
mis pensamientos más oscuros se liberaban.
El árbol de las peras
Ella colgó su vestido en el árbol de las peras
y observó
cómo se mecía
por encima de las manzanillas
como el batir de alas
por el cielo azul mármol,
de su pecho
y
las gotas de sudor .
El sol de mediodía se inclina
a su alrededor por las hojas
como
un abrazo que se va soltando
los colores se desvanecen,
y las ramas crujen.
El vestido que cuelga en el árbol de las peras
agita sus
miembros
con su aliento vuelven los otoños
el cielo ardiente haciendo señas
con la canción de la alondra
ella
podría cantarle
al verano, pero éste ya se fue.
El sol de la tarde cae
a su alrededor por las hojas
como
un abrazo que se va soltando
el verano decae
y las ramas crujen.
El vestido que cuelga en el árbol de las peras
por encima
de ella se columpia
como un ángel abandonado en la tierra
holgadamente agitando sus alas
con la elevación y caída
regular de su pecho.
Mal presagio
Es junio y veo los bosques,
los quietos estanques
los
claros de bosque y los melancólicos campos
ví los bosques heridos por la tristeza
asi que no te detengas , sigue
resonando
pero dice: " Ven...ven"
mientras las puertas se balancean y se abren a jardines holgazanes
"Ven...ven
esto
es amor, no te vayas"
y veo a la esposa perfecta
casi puedo oler su aliento de manzana
y su vestido lechoso
ella
dice " ven ...ven..
esto es amor, no te vayas"
desfallezco más allá de las perladas habitaciones
en tejados tambaleantes...
Él
espera el mañana
ví que sus labios pronunciaron " sigueme
esto es amor, no te vayas".
pero yo grito - ven... ven.
mi
caballo de hierro, mi tren, mi compañero fantasma
ven, ven, mi caballo de hierro sigue rechinando
y siento su
corazón desenredado
y me hala hacia su pecho reluciente
su carne negra...
dice ven...ven,
nunca dejes de
rechinar.
El caballo de hierro bombea su ruidoso silbato de vapor
.
La feria del Caballo
Adónde...adónde
voy hacia tí como una flecha a través de
la noche
adónde ..adónde
a la feria del caballo
cortando la brisa
hacia dónde...hacia dónde
veo las cintas
en su cabello
hacia dónde...hacia dónde
a la feria del caballo
por el aire de primavera
y las cintas en su cabello
a
la vida perfecta de una mente distante
adónde...adónde
Estos paisajes del libro de láminas
y bravos océanos
adónde
...adónde
a ninguna parte
por la alegre y negra nada
como nadie yendo a ninguna parte
hacia dónde...hacia dónde
una
dura y tardía nota
lentamente cambiando a una cuerda grave .
Pero yo soy la negra flecha
que vuela a través de la
noche.
El patio de las anclas
Ella está parada debajo del arco en el patio de las anclas(*)
y
se pone el chal alrededor de la espalda
sus manos vendadas
recuerda los ganchos de hierro colgando de las paredes
tripas
de pescado encima de ladrillos azulados y la lluvia
con el otoño cae alrededor de su hombro como la noche
y la extraña
canción que cantaban siempre
circulará por paredes musgosas, donde el cálido sol se arrastra
asi que vengan días de
caballa,
canten con las olas.
Eramos los cuchillos y eramos las manos
somos la sal y somos la arena
somos la canción
del patio de las anclas.
Oh, regresen . días de caballa
cántenle a las olas conmigo
somos la canción del patio de
las anclas.